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Mostrando entradas de septiembre, 2011

No culpes a nadie!

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Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error. Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos. No te amargues por tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Cualquier momento es bueno para comenzar, y ninguno es tan terrible como para claudicar. No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como la causa de tu futuro será tu presente. Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones. Piensa menos en tus problemas y más en tu labor, y éstos desaparecerán. Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejaras de ser un

Yo te amaba y me fuiste infiel!

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Todos hemos vivido o conocido de una historia de infidelidad. Historias en las que aún amando con todo nuestro ser, dando todo lo que un ser humano puede dar, jamás olvidando un cumpleaños ni fecha importante, siempre atentas y enteramente entregadas, se sufre de una infidelidad. Entonces nos preguntamos: ¿qué falló en mí que buscó otro amor? Son preguntas que no tienen respuestas porque sólo el corazón de la otra persona puede darlas a conocer, y eso no ocurrirá. Es muy doloroso cuando suceden estas situaciones, sobretodo si sabes que diste todo de ti mismo por tu pareja. Hay cosas que duelen mucho, son como espadas, y una de ellas es la infidelidad. Una vez que sucede, ¿cómo recoges los pedazos que quedaron regados por el camino? Sólo el tiempo puede ayudarte, es un luto que llevas muy dentro de ti y que sólo tú puedes superar. No existe una varita mágica que te pueda borrar ese dolor. Sólo nos queda dejar que transcurra el tiempo mientras nuevamente tratamos de levantarnos. No e