El peligro de vivir cumpliendo las expectativas de otros.
¿Vives intentando complacer a los demás? ¿Tomas decisiones para tu propia vida, en base a lo que esperan de ti? Incluso las personas que más nos quieren, y que más bien nos desean… pueden acabar impidiendo que seamos nosotros mismos.
Estoy segura de que a casi todos nos pasa: de pronto te das cuenta de que lo que estás sintiendo, viviendo y haciendo no tiene tanto que ver contigo sino con lo que otros esperan de ti. Y es un peligro al que nos enfrentamos diariamente, unas redes que nos atrapan sin que nos percatemos de ello, porque se enredan con nuestros propios deseos y sentimientos, porque las “expectativas de los demás“ se intercalan sutilmente con lo que a nosotros nos gusta hacer, con las personas a las que amamos, etc., y porque a veces nuestros deseos para nosotros mismos no son los mismos que los deseos que los demás tienen para nosotros.
Por eso, de vez en cuando, es necesario parar en seco, sacudirse las “expectativas de otros” y volver a lo que nos interesa: quiénes somos y qué queremos. Por otro lado, nadie puede vivir pasando por completo los deseos y expectativas de los demás. Como seres que necesitamos relacionarnos, existe un continuo “baile” entre satisfacer al otro y satisfacer al yo. Es en ese equilibrio de dar y tomar, de amar y ser amados, de ceder y mantenernos firmes en que encontramos la felicidad.
Por eso, de vez en cuando, es necesario parar en seco, sacudirse las “expectativas de otros” y volver a lo que nos interesa: quiénes somos y qué queremos. Por otro lado, nadie puede vivir pasando por completo los deseos y expectativas de los demás. Como seres que necesitamos relacionarnos, existe un continuo “baile” entre satisfacer al otro y satisfacer al yo. Es en ese equilibrio de dar y tomar, de amar y ser amados, de ceder y mantenernos firmes en que encontramos la felicidad.
Sin embargo, merece la pena detenerse y reflexionar sobre qué está motivando nuestra vida. Sería genial decir: “Descubre lo que te hace feliz y ve a por ello” (y ya no necesitaríamos más consejos), pero la mayoría de las personas vivimos en una constante necesidad de re–descubrimiento, re-planteamiento y re-dirección.
Estas son algunas IDEAS PRÁCTICAS para NO CAER EN LA TRAMPA de vivir conforme a lo que otros esperan de ti:
Cómo no vivir según las expectativas de los demás: En primer lugar (y suena obvio, pero es tan fundamental que si consigues este primer paso, todo lo demás es secundario), acepta que NO es NECESARIO cumplir con las expectativas de los demás.
Nadie te conoce mejor que tú mismo. Acepta esta gran verdad y no tengas miedo de guiarte por lo que tú crees. Acepta que tienes derecho a equivocarte. Varias veces. Pasa tiempo contigo mismo. Necesitas conocerte. Admite qué te gusta y te hace sentir bien tener la aceptación, admiración, respeto y/o gratitud de los demás, pero que es algo que realmente no necesitas. Aprende a decir “NO.”
Nadie te conoce mejor que tú mismo. Acepta esta gran verdad y no tengas miedo de guiarte por lo que tú crees. Acepta que tienes derecho a equivocarte. Varias veces. Pasa tiempo contigo mismo. Necesitas conocerte. Admite qué te gusta y te hace sentir bien tener la aceptación, admiración, respeto y/o gratitud de los demás, pero que es algo que realmente no necesitas. Aprende a decir “NO.”