Como tortuga en su caparazón
Muchas personas dicen que el miedo es normal. Ok. Pero qué pasa cuando ese miedo te consume por dentro, no te deja
avanzar y no te permite disfrutar las cosas del presente?
Hay una explicación; hemos vivido tantas cosas
en la vida, buenas y malas que de alguna forma nos han dejado marcadas. Que
bien se sentía ser en aquella época uno mismo, ese soñar en las nubes, esos
cuentos de hadas, esos amores que te hacían volar. Aquellos momentos en
el que lo entregabas todo por alguien, dabas lo mejor de ti pero de repente te
dañaron, esos sentimientos tan puros lo desvalorizaba y que con el tiempo
hemos tenido
Esas experiencias nos han enseñado a la mala
que no se puede ser tan buena, que no siempre debes dar el mil por mil hasta que lo den por ti.
Con el tiempo creas un caparazón para cuidarte, ese miedo a no darlo todo, ese
miedo a volver a ser tú, sabrá Dios todas los ‘’buenos partidos’’ que hemos
dejado ir porque simplemente al tener ese escudo, inconscientemente lo dejamos
ir, lo espantamos de nuestras vidas sin querer.
A veces esperamos tanto de las
personas, esperamos que nos den la misma proporción que recibimos pero
olvidamos que todo el mundo tiene diferentes formas de amar pero
lamentablemente no es cuestión de conformarse con esa idea, es simplemente
reconocer lo que merecemos.
Siempre he dicho que no podemos permitirnos
recibir migajas de nadie y que si tienes que pedir atención, si tienes que
pedir amor, mejor retírate. Como un modo de sobrevivir a esto es
quitarnos el caparazón POCO A POCO a medida que estemos seguros que esa es la
persona correcta o que a vista pienses que valga la pena, es ir dando los
caramelos s poco a poco para no empalagar al otro y al final quedarte sin nada.
Después de todo, amar sin miedo es un reto hoy
en día. La falta de compromiso y las indecisiones de la otra persona, hacen que
uno de un paso atrás y se cuide. Solo queda por decir que solo espera y toma
las cosas con calmas que se vayan dando sutilmente sin presión pero tampoco
permitas que se alarguen y que llegue al acomodamiento.
Mi recomendación es poner todos
los puntos sobre la mesa y hablar claro y ya de ahí en lo adelante la decisión es
tuya.